domingo, noviembre 11
viernes, octubre 12
Pregunta No.3
En el camino del bosque,19:00 Huso horario EET, hora de Europa Oriental y el Medio Oriente (UTC+2):
L-¿Nos conocemos de algún lado?
C- Nos conocemos de sueños,
de realidades, de fantasías,
de esperanzas y hasta de futuro.
Nos conocemos las manías, las respuestas,
los gustos, los disgustos
de realidades, de fantasías,
de esperanzas y hasta de futuro.
Nos conocemos las manías, las respuestas,
los gustos, los disgustos
y las miradas al hacer el amor.
L-Entonces, ¡parece que si nos hemos visto antes!
viernes, septiembre 21
Bosques urbanos
Hace mucho tiempo leí un libro en donde un hombre, por encargo de su amada, se dedica a buscar los jardines ocultos de una ciudad entre el desierto y el mar. Y efectivamente los encuentra, incluso jardines extravagantes de piedras, de sonidos...
Descubrí que el autor del libro trabajaba a un par de edificios de donde yo lo hacia, asi que pedi una cita, diciendo simplemente que era el Lobo Feroz, el encargado de la oficinita de la esquina, esa a medio caerse, y que quería entrevistarlo para una revistita en la cual a veces escribía al lado de nombres grandes, que casi hacían desaparecer el mío.
Su secretaria muy amable me dijo que él tenía que viajar aquí y allá (quizá a alguna ciudad fantástica o en busca de más sitios ocultos) pero que con mucho gusto le avisaría para ver si podía encntrar un huequito en su itinerario.
Pensé que una secretaria tan amable se vería mucho mejor vestida de rojo y me fui diciendo que estaba bien, que no pensaba mudarme de oficina (a menos que terminara de caerse) en un tiempo largo y que podía esperar a que él regresara de su viaje a la ciudad imaginaria.
Para sorpresa mía, un día que me encontraba ocupadísimo inventando un nuevo mensaje en la contestadora de mi linea directa, uno que sonara serio pero con frecura, uno que dijera que mi oficinita no era otra oficinita más, se me ocurrió llamar a la secretaria, la que se vería mejor vestida de rojo, para saber si era posible ir a preguntar todas mis dudas con respecto a aquellas historias. Me dijo que sí, que en un amable gesto de buena vecindad (bueno, no lo dijo asi, pero asi lo interpreté) el director, que además escribe libros, había encontrado media hora, o sea un huequito, entre un viaje a Mogador y otro a Nueva York me parece.
El día de la cita, me llevé a una amiga guapa y muy alta, vestida de rojo por supuesto, para que hiciera las veces de mis secretaria, no fuera a pensar que mi oficinita era solo una oficinita más, hasta contaba con una línea directa, para las personas que yo decidiera eran lo suficientemente importantes pra tener ese número, los demás podían llamar al conmutador y preguntar por la extensión y quizá yo estuviera muy ocupado para contestarles.
Para aquel entonces ya me había mandado a hacer unas tarjetas de presentación muy elegantes, a dos colores y con el logo de la casa de la cultura, de donde era mi oficinita. Llegué acicalado y con los colmill... es decir, impecablemente arreglado, y con una sonrisa convincente y astuta, no como esas sonrisas estúpidas que muchos cargan y piensan que pueden andar por la vida así. Y claro con mi nueva "secretaria" muy alta y vestida de rojo como debe ser, quien saludó amablemente a la amable secretaria de ese lugar y anunció que el Señor Lobo Feroz ya había llegado para su cita con el Señor director, quien además escribe libros y es un buen vecino.
El Señor director nos recibió casi enseguida y después de las formalidades empezamos a entrar en materia, pues había que aporvechar ese huequito en su itinerario sobresaturado.
Para ser más francos aún yo estaba ahí no por la entrevista, sino por conocerlo y preguntarle algo sobre esa historia, pues en ese libro el hombre busca jardines ocultos en una ciudad entre el mar y el desierto y yo desde hacía mucho, quizá sin pensarlo detenidamente, hacía exactamente eso, buscaba jardines ocultos, maravillosos y no todos eran de plantas.
Lo que tú buscas -me dijo-, son bosques, porque los jardines, no son mas que bosques urbanos, en miniatura y los puedes encontrar, incluso en el desierto y los buscas -agregó-, porque los llevas dentro, y ellos a su vez, te llevan dentro y a otros personajes que quizá no lo sepan, pero que pertenecen a esos lugares.
Descubrí que el autor del libro trabajaba a un par de edificios de donde yo lo hacia, asi que pedi una cita, diciendo simplemente que era el Lobo Feroz, el encargado de la oficinita de la esquina, esa a medio caerse, y que quería entrevistarlo para una revistita en la cual a veces escribía al lado de nombres grandes, que casi hacían desaparecer el mío.
Su secretaria muy amable me dijo que él tenía que viajar aquí y allá (quizá a alguna ciudad fantástica o en busca de más sitios ocultos) pero que con mucho gusto le avisaría para ver si podía encntrar un huequito en su itinerario.
Pensé que una secretaria tan amable se vería mucho mejor vestida de rojo y me fui diciendo que estaba bien, que no pensaba mudarme de oficina (a menos que terminara de caerse) en un tiempo largo y que podía esperar a que él regresara de su viaje a la ciudad imaginaria.
Para sorpresa mía, un día que me encontraba ocupadísimo inventando un nuevo mensaje en la contestadora de mi linea directa, uno que sonara serio pero con frecura, uno que dijera que mi oficinita no era otra oficinita más, se me ocurrió llamar a la secretaria, la que se vería mejor vestida de rojo, para saber si era posible ir a preguntar todas mis dudas con respecto a aquellas historias. Me dijo que sí, que en un amable gesto de buena vecindad (bueno, no lo dijo asi, pero asi lo interpreté) el director, que además escribe libros, había encontrado media hora, o sea un huequito, entre un viaje a Mogador y otro a Nueva York me parece.
El día de la cita, me llevé a una amiga guapa y muy alta, vestida de rojo por supuesto, para que hiciera las veces de mis secretaria, no fuera a pensar que mi oficinita era solo una oficinita más, hasta contaba con una línea directa, para las personas que yo decidiera eran lo suficientemente importantes pra tener ese número, los demás podían llamar al conmutador y preguntar por la extensión y quizá yo estuviera muy ocupado para contestarles.
Para aquel entonces ya me había mandado a hacer unas tarjetas de presentación muy elegantes, a dos colores y con el logo de la casa de la cultura, de donde era mi oficinita. Llegué acicalado y con los colmill... es decir, impecablemente arreglado, y con una sonrisa convincente y astuta, no como esas sonrisas estúpidas que muchos cargan y piensan que pueden andar por la vida así. Y claro con mi nueva "secretaria" muy alta y vestida de rojo como debe ser, quien saludó amablemente a la amable secretaria de ese lugar y anunció que el Señor Lobo Feroz ya había llegado para su cita con el Señor director, quien además escribe libros y es un buen vecino.
El Señor director nos recibió casi enseguida y después de las formalidades empezamos a entrar en materia, pues había que aporvechar ese huequito en su itinerario sobresaturado.
Para ser más francos aún yo estaba ahí no por la entrevista, sino por conocerlo y preguntarle algo sobre esa historia, pues en ese libro el hombre busca jardines ocultos en una ciudad entre el mar y el desierto y yo desde hacía mucho, quizá sin pensarlo detenidamente, hacía exactamente eso, buscaba jardines ocultos, maravillosos y no todos eran de plantas.
Lo que tú buscas -me dijo-, son bosques, porque los jardines, no son mas que bosques urbanos, en miniatura y los puedes encontrar, incluso en el desierto y los buscas -agregó-, porque los llevas dentro, y ellos a su vez, te llevan dentro y a otros personajes que quizá no lo sepan, pero que pertenecen a esos lugares.
lunes, agosto 27
jueves, junio 14
Fin del primer acto en 25 escenas.
25. Ella salio muy lentamete del bosque, el del castaño en flor, el de los sicomoros, el impresionista, el que nunca se acaba, y recorrió quizá sin notarlo los lugares habitados en instantes, por un par de años.
"Yo no soy Caperucita, y tu no eres..." le dijo, pero él no la dejó terminar.
Tomó su coche, -ese que según la historia que le contó el lobo, debía desaparecer a la media noche- y condujo lejos de todo eso y lejos de las fantasías lejanas que por una noche más fueron mundos reales.
viernes, mayo 25
Quiero abrazarte tanto
Siento tu mano fría correr despacio sobre mi piel
y tu pecho en mi pecho y tu desnudez
y olvido reproches que imaginé.
Vente conmigo al huerto
que estan las rosas queriendo ver la promesa que he roto para volver
y así creer lo que les conté.
-Dije que te quería como a nada en el mundo,
que seguía tus pasos, tu caminar,
como un lobo en celo desde mi hogar
con la puerta abierta de par en par,
que tenía en penumbra nuestro rincón
en aquel salón, con dos cubiertos
y tu canción y con tus flores en el jarrón.
Siento tu mano tibia que palmo a palmo besa mi piel
y tus brazos me enredan hoy como ayer.
En este nuevo día vuelvo a creer.
Vente conmigo al puerto que hay una barca en el malecón
con tu nombre pintado secando al sol,
con tu nombre grabado junto al timón.
-Sabes que te quería como a nada en el mundo,
que seguía tus pasos, tu caminar,
como un lobo en celo...
Quiero abrazarte tanto con mis sentidos,
con tanto amor, que no haya más sonido que el de mi voz
y mi cuerpo en el tuyo a continuación.
Y yo andaré la tierra como romero buscando a Dios
y tendré tu regazo, tu comprensión
y una casa pequeña para los dos.
-Sabes que te quiero como a nada en el mundo,
que seguía tus pasos, tu caminar,
como un lobo en celo...
Luis Eduardo Aute
y tu pecho en mi pecho y tu desnudez
y olvido reproches que imaginé.
Vente conmigo al huerto
que estan las rosas queriendo ver la promesa que he roto para volver
y así creer lo que les conté.
-Dije que te quería como a nada en el mundo,
que seguía tus pasos, tu caminar,
como un lobo en celo desde mi hogar
con la puerta abierta de par en par,
que tenía en penumbra nuestro rincón
en aquel salón, con dos cubiertos
y tu canción y con tus flores en el jarrón.
Siento tu mano tibia que palmo a palmo besa mi piel
y tus brazos me enredan hoy como ayer.
En este nuevo día vuelvo a creer.
Vente conmigo al puerto que hay una barca en el malecón
con tu nombre pintado secando al sol,
con tu nombre grabado junto al timón.
-Sabes que te quería como a nada en el mundo,
que seguía tus pasos, tu caminar,
como un lobo en celo...
Quiero abrazarte tanto con mis sentidos,
con tanto amor, que no haya más sonido que el de mi voz
y mi cuerpo en el tuyo a continuación.
Y yo andaré la tierra como romero buscando a Dios
y tendré tu regazo, tu comprensión
y una casa pequeña para los dos.
-Sabes que te quiero como a nada en el mundo,
que seguía tus pasos, tu caminar,
como un lobo en celo...
Luis Eduardo Aute
martes, mayo 15
Juegos de lobos y caperucitas
Déjame adivinar.
¿Estámos jugando a las escondidillas en el bosque?
¿Y si nos perdemos?
¿Y si nos encontramos?
¿Estámos jugando a las escondidillas en el bosque?
¿Y si nos perdemos?
¿Y si nos encontramos?
lunes, mayo 7
anuncio en el bosque
SE BUSCA.
Caperucita posmoderna extraviada en las profundidades del bosque imaginario, o aún peor, en la inminencia de la realidad cotidiana.
Favor de poner atención a cualquier personaje en ausencia que se encuentre oculto y/o entre [las] líneas del relato fantástico.
Cualquier información que lleve a su encuentro será recompensada por el preocupado Lobo de estos lares.
Comunicarse al +961 06 930 3...
Caperucita posmoderna extraviada en las profundidades del bosque imaginario, o aún peor, en la inminencia de la realidad cotidiana.
Favor de poner atención a cualquier personaje en ausencia que se encuentre oculto y/o entre [las] líneas del relato fantástico.
Cualquier información que lleve a su encuentro será recompensada por el preocupado Lobo de estos lares.
Comunicarse al +961 06 930 3...
sábado, marzo 31
martes, marzo 27
martes, marzo 13
domingo, febrero 25
domingo, enero 21
Mitologías
20.Caperucita y el lobo se encontraban en centro del bosque primordial, a la sombra del castaño que siempre florece. Se escuchaba el arrullo de los ríos que circundan este jardín sin tiempo.
Ella, intempestiva y simple le dijo: "Soy tuya" y él sorprendido inquirió "¿toda?"
Ella, intempestiva y simple le dijo: "Soy tuya" y él sorprendido inquirió "¿toda?"
martes, enero 16
Déjame ser el lobo
Desde el lado obscuro de tu piel
me iluminas.
Déjame ser el lobo
-sombra de sed y perro y hambre-
que entra en la noche
de tu cuerpo
con pasos humedos,
titubeantes,
por tu bosque incierto
-tu olor a mar me guía
hacia tu oleaje-
para tocar adentro
la luna creciente,
de tu sonrisa.
Déjame conocer
-con lengua incluso-
la obscuridad
más honda,
la más callada,
e invocar
con movimientos
repetidos
-rituales-
la luna llena
de tu cuerpo,
la que me lleva a ti
como si yo fuera,
en tus manos,
agua
que conviertes
en marea
iluminada.
Alberto Ruy Sánchez
http://www.angelfire.com/ar2/libros/Poemas.html
me iluminas.
Déjame ser el lobo
-sombra de sed y perro y hambre-
que entra en la noche
de tu cuerpo
con pasos humedos,
titubeantes,
por tu bosque incierto
-tu olor a mar me guía
hacia tu oleaje-
para tocar adentro
la luna creciente,
de tu sonrisa.
Déjame conocer
-con lengua incluso-
la obscuridad
más honda,
la más callada,
e invocar
con movimientos
repetidos
-rituales-
la luna llena
de tu cuerpo,
la que me lleva a ti
como si yo fuera,
en tus manos,
agua
que conviertes
en marea
iluminada.
Alberto Ruy Sánchez
http://www.angelfire.com/ar2/libros/Poemas.html
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