domingo, septiembre 2

XXXXVIIII


Caperucita como ya sabemos, se mudó al mundo real.
Ahí, después de errar un tanto por diversos lugares se instaló en París.
Compró una bicicleta y una computadora portátil.
Convencida de que la realidad no es más que un cuento de hadas traducido a otro estilo literario, decidió ponerse a escribir.
Novela negra, como era de esperarse, es lo que más le acomodó.
Envió su manuscrito al Lobo, quien es, junto con otros lobos excéntricos, el que dirige una peculiar editorial.
Caperucita se convirtió rápidamente en una escritora algo controvertida, pero sobretodo, a la moda en ciertos círculos.
Se volvió más ermitaña y excéntrica que antes, pero a su manera, eso le causaba un cierta alegría.
Se tomó vacaciones, y de vuelta en su ventana pensaba en su próxima novela.