Para el lobo posmoderno el mundo es un gran bosque en donde siempre hay caminos cortos y largos, en donde Caperucita, quien ya sabemos es siempre intempestiva, puede aparecer en cualquier momento, caminando distraída, o en una bicicleta, o en un pequeño auto europeo con quemacocos, o detrás de una pantalla de ordenador.
No es que la historia se repita interminablemente, es que se deconstruye y se narra a sí misma.
Hoy en día el mundo de los cuentos de hadas se ha hecho mucho más complicado, pues empezó a tener rasgos existenciales que nunca antes había tenido.